Seguramente estás leyendo ácido málico imaginándote lo peor. Te tengo buenas noticias, es un compuesto orgánico que se encuentra en algunas frutas y verduras, y que también se produce en el cuerpo humano. Se encontró por primera vez en 1785 por el farmacéutico sueco Carl Wilhelm Scheele en las manzanas, principal alimento que lo contiene. Está presente también en el vino, y cuando es más ácido, probablemente se deba a este ácido. Málico proviene del latín “malum” que significa manzana. Puede encontrarse de manera natural, como mencionamos anteriormente, o de manera sintética.
Algunos de los beneficios del ácido mágico son:
El ácido málico tiene un sabor agrio, y es por ello que se utiliza incluso en algunos dulces y en algunos otros alimentos procesados para modificar su sabor o utilizado como preservativo. Es ligeramente más ácido que al ácido cítrico. Al igual que el ácido cítrico, el ácido málico obtenido de manera natural tiene grandes beneficios y se considera seguro su uso. Sin embargo, de manera sintética en cosméticos o como aditivo alimentario sí puede tener efectos secundarios, entre ellos, irritación de la boca, dolor estomacal, diarrea, nauseas, reacciones alérgicas o dolor de cabeza. En el caso de productos de belleza puede provocar irritaciones en la piel o en el área de los ojos. Por otro lado, puede disminuir la presión sanguínea, por lo que no se recomienda en personas que la tengan baja o en el embarazo y lactancia.
Algunas fuentes en las que puedes encontrarlo son:
Actualmente no existe una dosis estándar establecida y se debe de tomar bajo supervisión médica en caso de querer consumir un suplemento. Se recomienda diluido en agua ya que en si solo puede causar irritación de la boca.
Alejandra Aragonés
Para ISFMC